Sinopsis:
237 personas en todo el mundo son "scanners" - personas con unos increíbles poderes mentales. Darryl Revok es el más poderoso de los integrantes del grupo clandestino que ellos constituyen. Es el líder. Todos ellos poseen enormes poderes físicos con los que son capaces de controlar las mentes de los demás. Pueden provocar enormes dosis de dolor y sufrimientos a sus víctimas. El Doctor Paul Ruth descubre un scanner con más poderes que Revok y decidirá utilizarlos para acabar con el grupo.
He visto esta película sin tener conocimientos previos de ella, bueno, más o menos, porque sabía de la existencia del gif donde a un señor le explota la cabeza, pero vaya, no considero que me destripara nada porque la frase de la portada es "Su solo pensamiento podía matar" y también su "10 segundos y empieza el dolor; 15 segundos, no podrás respirar... 20 segundos, ¡explotas!" ya podía dar muchas pistas de por donde iban los tiros.
La historia de ciencia ficción me ha parecido muy original y sublime. Personas con poderes telepáticos que no solo pueden hacerte explotar sino que también obligarte a hacer cosas que no quieres y con la presencia de un medicamento que parece controlar esos poderes o acallar las voces que los telépatas oyen en sus cabezas. Ver cómo se va resolviendo todo este entramado, quien es scanner y por qué, qué hace ese medicamento... es lo que me ha mantenido interesada durante toda la película.
El problema es que se me ha hecho lenta. Me ha dado la sensación que ha durado más de lo que realmente dura y ha habido trozos que mi atención se iba a otras cosas que no eran la pantalla.
La parte de terror gore que tiene no es abusiva y se usa en los momentos determinados y necesarios. Eso sí, la batalla final, donde aparecen la mayoría de esos momentos gore, me ha resultado también demasiado larga para luego acabar de forma abrupta con un grito grave del malo maloso. ¿Tanto rollo para eso?
El protagonista, Stephen Lack, que interpreta a Cameron Vale, me ha parecido muy inexpresivo e insulso, no como su contrapartida, Darryl Revok, interpretado por Michael Ironside, que a ratos me recordaba a Jack Nicholson con su cara de loco.
Mención aparte, la parte femenina del reparto que me ha parecido lo mismo que un florero, corriendo de aquí para allá sin hacer nada y también con cara de palo y sin quitarse en ningún momento esa horrible bufanda que parece que la lleve pegada con super glue.
También muy divertida la música de estilo synthesizer versionando el "Veo, veo" cuando llegan en helicóptero a los laboratorios ConSec.
Seguro que muchos me tiraréis los envoltorios de las chocolatinas por meterme con el gran Cronenberg, pero, aunque no he visto nada más de este hombre (creo), debo decir que me ha parecido una muy buena historia mal ejecutada en muchos momentos.
El intento de engañar al espectador cuando el topo del laboratorio va a hablar en la estación de tren con su contacto, cuyo rostro o, más bien, figura, no vemos porque casualmente lo tapa una columna, es totalmente innecesario. No solo por la voz sino porque todos (o al menos la mayoría) ya sabemos que va a reunirse con Revok.
Es una película para entretener y los efectos, contando con la época que están hechos, son más que correctos y llamativos.
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